
El 6, 7 y 8 de mayo pasados, participamos con parte de nuestro grupo, unos 30 corredores, del Raid de los Andes en su 5° edición, carrera que se desarrolla en las Provincias de Salta y Jujuy . Sin dudas una carrera recomendable en cuanto a paisajes, organización y grado de dificultad.
La logística en cuanto a hospedaje y desplazamientos, si bien presenta ciertas complicaciones, fácilmente pudo resolverse, gracias a la colaboración del mismo grupo y de Universo Aventura que nos acompañó desde un inicio.


De allí, varios nos preparamos para partir esa tarde hacia la zona de la Etapa II, que partió el día siguiente desde Tumbaya hacia Purmamarca. El recorrido pensado para este día se inició con una suave pendiente, que a la mayoría, por no decir que casi a todos, nos “sacó” el aire durante el primer kilómetro. Luego de intentar recuperarnos, algo de ascenso breve, pero abrupto para nuevamente depositarnos en un “falso llano” … eterno!!!!!! Luego de unos 7 u 8km de caminata, y muchos metros de ascenso, por fin inició el fuerte descenso hacia Purmamarca, momento de hacer diferencia y recuperar respecto del tiempo perdido en la primer parte. Una llegada impactante sin lugar a dudas, mucha gente esperando y alentando, vueltas eternas para poder terminar … y al fin! Llegada del día 2. Recomendable nuevamente un buen almuerzo con carbohidratos y proteínas, y sin dudas, suplementación para tener las fibras musculares listas para la Etapa III.
Etapa III, 3400m de altura en las Salinas Grandes, obviamente, muchísima sequedad en el ambiente; sólo 10km, nada en distancia … sólo que la inexistente humedad, algo de altura, y obviamente algo de cansancio, generan la sensación de estar corriendo con un chaleco de plomo en el fondo de una pileta. Las tácticas que mayormente se usaban eran dos, correr a un 50% ó 60% de la capacidad, o hacerlo un poco más rápido, pero tomando pausas activas para recuperar el aire.
Sólo 10km … pero interminables, con la única motivación de saber de estar corriendo en un lugar especialmente cedido para nosotros, y que allí, muy cerca estaba el globo de la última llegada.
Una carrera única sin dudas; una carrera bella en cuanto a recorridos y paisaje; una carrera desafiante por su variedad de terrenos y requerimientos; una carrera que vale la pena volver a correr y recomendar.
Martín A. Pan
Prof. Nac. de Educación Física
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