La fascitis plantar es una de las lesiones más comunes en los atletas de resistencia, y se caracteriza por un fuerte dolor en el talón y el arco del pié, sobre todo por las mañanas al levantarnos. Qué la causa, como detectarla, prevenirla y tratarla.
La fascitis plantar es una irritación e hinchazón del tejido grueso en la planta o parte inferior del pie. La fascia plantar es una banda de tejido -muy parecida a un tendón- ubicada debajo del pie. Actúa como una banda de caucho uniendo el talón con la base de los dedos, para formar el arco del pie uniendo ambos extremos. En otras palabras, es esa banda que recorre la planta de nuestro pié y podemos tocar fácilmente cuando ayudándonos con una mano tiramos los dedos hacia atrás.
La fascitis plantar es un problema muy común que afecta con más frecuencia al talón (aproximadamente 80% de los casos) y en ocasiones afecta al arco o incluso a ambos, al talón y al arco.
Es frecuente que los pacientes con fascitis plantar en el talón se quejen de un dolor parecido al dolor de muelas en la parte de abajo del talón, mientras que los que tienen fascitis plantar en el arco con frecuencia se quejarán de una sensación de ardor/desgarre en el arco. El dolor puede variar de leve a muy grave e incapacitante. El dolor es más notorio en dos circunstancias: 1) al dar los primeros pasos después de estar dormido o sentado por un tiempo (llamado dolor postestático) y 2) al estar de pie o caminar por algún período de tiempo.
La fascia plantar es una estructura fuerte parecida a un ligamento que corre desde su unión en la parte de abajo del talón hasta el pulpejo del pie. Debido a su resistencia y su ubicación, la fascia plantar ayuda a dar apoyo al arco del pie. Debido a su estructura, la fascia plantar no es muy elástica y es bastante inflexible.
Usualmente, la fascitis plantar no es causada por una lesión aislada, sino más bien por una sobrecarga gradual y progresiva de la fascia plantar. La sobrecarga crónica de la fascia plantar tarde o temprano resulta en una lesión similar a una distensión de la fascia plantar, por lo general cerca de su unión con el talón, o por un estiramiento en su unión con el talón (la lesión similar a una distensión también puede ocurrir en el arco). El resultado de la lesión es una inflamación de la fascia plantar en la ubicación de la lesión. A menudo la lesión y la inflamación empeoran por continuar realizando actividades sin protección.
En general, la causa de la sobrecarga crónica es una combinación de factores que puede aplicar un esfuerzo excesivo en las estructuras de apoyo del arco (que incluye la fascia plantar). Estos factores pueden incluir: sobrepeso, músculo de la pantorrilla tenso, pasar mucho tiempo de pie o caminando, calzado con un apoyo inadecuado en el arco, y sobrecarga deportiva. El problema se puede relacionar con pies en pronación (aplanamiento) en exceso. Sin embargo, el problema también puede surgir en pies con mucho arco y una fascia plantar tensa. El problema puede ser causado o agravado por un calzado inadecuado o vencido, así como por malas posturas, o trabajos excesivos. La falta de elongación en los músculos de la parte posterior de la pierna también suele ser la causante.
Si no tomamos las precauciones necesarias, con el correr del tiempo, la fascia plantar pierde su elasticidad y se convierte en una especie de cuerda que no se estira muy bien. Su sobrecarga puede provocar desgarros en su inserción posterior con inflamación de los tejidos que la rodean incluyendo el hueso. Esto puede originar la aparición de un “espolón”, que aparece en aproximadamente el 50% de los casos. El espolón es un fenómeno secundario y no el origen del dolor.
Los pacientes a menudo se preocupan innecesariamente por lo que llaman "espolón en el talón". No es poco común que ocurra una proyección del hueso a lo largo de la superficie superior de la fascia plantar, paralela al suelo. Sin embargo, rara vez, si es que ocurre, el "espolón" es la causa del dolor del paciente. Los pacientes con dolor en el talón sólo muestran un "espolón" en las radiografías cerca de 60% del tiempo. Los pacientes que nunca han tenido dolor en el talón pueden mostrar el mismo "espolón" en las radiografías cerca de 40% del tiempo. Es simplemente equivocado pensar que el dolor es causado por caminar sobre un "espolón" que sobresale hacia abajo (aunque pueda sentirse de esa manera). En resumen, la presencia o ausencia de un "espolón" no influye en la selección del tratamiento ni en el resultado del tratamiento.
El tratamiento de la fascitis plantar tiene que ser completo y continuo hasta que se resuelva el dolor por lo menos durante 3 meses. En otras palabras, tener varios tratamientos al mismo tiempo funciona con más eficacia que intentar una cosa y luego otra. El problema toma tiempo en resolverse, algunas veces de 3 a 12 meses, así que es imperativo ser perseverante con los tratamientos. La regla general que se puede aplicar aquí es que uno tiene que continuar con los tratamientos hasta que el dolor quede resuelto durante 3 meses.
Síntomas:
El síntoma primario de la fascitis plantar es el dolor localizado específicamente en el área de carga de peso del talón y en el arco de los pies. Comúnmente es más severo durante los primeros pasos al levantarse de la cama (por la rigidez que se presenta durante la noche), y disminuye en cierta medida con la actividad por la distensión de la fascia, reapareciendo tras un periodo de descanso. Rara vez hay inflamación visible, enrojecimiento, u otros cambios aparentes en la piel. La mayoría de las personas con fasciitis plantar describen el dolor como una navaja o un alfiler que está punzando la parte inferior del pie.
En síntesis, los síntomas de la fascitis plantar pueden aparecer gradual o repentinamente, e incluyen:
» Ardor doloroso en la planta del pie
» Dolor en el talón cuando se dan los primeros pasos en la mañana
» Sensibilidad al tocar la planta del pie o el talón
» Dolor cuando se para de puntas
Fuente:
Www.kaisersantarosa.org
Corredoresurbanos.com.ar
Www.acontecermedico.com
Martín A. Pan
Prof. Nac. de Educación Física
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